Escupe fuego contra las paredes del salón y la hiedra crece,
cubre los muebles, y la luz de media tarde es como un alma abandonada por su
cuerpo porque, claro, para qué. Para qué almas, tardes, incendios,
dinosaurios. Mi país es un camino, mi
país es una tarde y el ardor en la garganta.
Espuma incandescente en la noche del abismo primigenio.
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