I sense veure
ja el sabien
(els nostres ulls seran llampecs)
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viernes, 8 de abril de 2016
martes, 5 de abril de 2016
lunes, 8 de febrero de 2016
jueves, 4 de febrero de 2016
jueves, 28 de enero de 2016
viernes, 11 de diciembre de 2015
Vergara 1838
“Como es natural, tras la guerra no es posible
impartir la debida justicia.
Serían cien mil los que, conforme a la ley,
merecerían un dura condena,
y no cabe condenar a una mayoría.
Lo que sí se puede hacer es coger a cualquiera
y llevarle a la cárcel por dos semanas,
y a otro dejarle libre,
y a este, al pobre, veinte años,
y luego coger a otro, y a ese, en cambio,
a ese gran culpable, dejarle sin castigo
y ponerle una medalla de oro públicamente
o en privado, y al siguiente tres años,
y a ese de ahí, repugnante criminal,
una buena indemnización por ser víctima,
porque, al cabo, todos hemos sido,
a turnos, verdugos y víctimas. Así puede hacerse
justicia,
es una forma de hacer justicia, al menos,
apropiada quizás para facilitar las cosas
y, sobre todo, para subrayar la inocencia de cien mil.
Si se mira bien, sería cosa de tontos
no darse cuenta de que la tal justicia
es únicamente una de las formas de hacer las cosas,
una forma entre muchas,
conveniente, quizás,
pero no más justa o digna en sí misma,
porque en la guerra todos han cometido acciones parecidas,
personalmente
o por delegación, y porque esa es, justamente,
la tragedia de la guerra
y la culpa general: aceptar el esquema del crimen,
o no haber tenido, durante largo tiempo, la imaginación
para enmendar el esquema del crimen”
Joseba Sarrionandía
(la versión original de este y más en: http://www.zurgai.com/archivos/201308/74-94-101.pdf?1 )
“Como es natural, tras la guerra no es posible
impartir la debida justicia.
Serían cien mil los que, conforme a la ley,
merecerían un dura condena,
y no cabe condenar a una mayoría.
Lo que sí se puede hacer es coger a cualquiera
y llevarle a la cárcel por dos semanas,
y a otro dejarle libre,
y a este, al pobre, veinte años,
y luego coger a otro, y a ese, en cambio,
a ese gran culpable, dejarle sin castigo
y ponerle una medalla de oro públicamente
o en privado, y al siguiente tres años,
y a ese de ahí, repugnante criminal,
una buena indemnización por ser víctima,
porque, al cabo, todos hemos sido,
a turnos, verdugos y víctimas. Así puede hacerse
justicia,
es una forma de hacer justicia, al menos,
apropiada quizás para facilitar las cosas
y, sobre todo, para subrayar la inocencia de cien mil.
Si se mira bien, sería cosa de tontos
no darse cuenta de que la tal justicia
es únicamente una de las formas de hacer las cosas,
una forma entre muchas,
conveniente, quizás,
pero no más justa o digna en sí misma,
porque en la guerra todos han cometido acciones parecidas,
personalmente
o por delegación, y porque esa es, justamente,
la tragedia de la guerra
y la culpa general: aceptar el esquema del crimen,
o no haber tenido, durante largo tiempo, la imaginación
para enmendar el esquema del crimen”
Joseba Sarrionandía
(la versión original de este y más en: http://www.zurgai.com/archivos/201308/74-94-101.pdf?1 )
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