domingo, 15 de mayo de 2011
Idiotizado, en el banco cara al sur, desperdiciaste aquel verano. Tu cabeza un carrusel del que arrancaste los caballos. Cabalgar. Cabalgar era lo que más necesitabas. Sin embargo ni un deseo, ni una luz, ni un atisbo del torrente de palabras que fluía en otros tiempos. Hoy solo tienes el vacío de los días malgastados. Aguas profundas. Peces del abismo. Oquedades que amplifican el rumor del oleaje, los rugidos de fantasmas que no han sido.
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