A veces, sin embargo, días ignorados se convierten en
canciones de la niebla, aire, aire a plomo sobre peinados y azoteas.
Música lejana, golpes, crujidos, aleteos, cataclismos,
bendiciones.
Y la lluvia arrecia.
Y el vapor como el deseo desde el asfalto a las ventanas, y
no alcanza.
Y tu paso distraído repite niebla, murciélago, huracán.
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