jueves, 24 de marzo de 2022

En general no se preocupan a menos que tú lo hagas. finge seguridad,  concentración y un cierto cansancio al que nadie más que tú es capaz de sobreponerse. Te dejarán en paz. Te ignorarán. Serás el ángulo muerto entre la ventana y el recuerdo, una vaga desazón, una búsqueda imprecisa, serás canciones, niebla, insatisfacción. Un hombre vulgar con una tarea vulgar y preocupaciones vulgares en un mundo de dolor y meridianos, mientras todo se agita impulsado en el vacío, arrastrado por el vacío, y ese vacío eres tú.

Cuando la creatividad se agota, porque las formas te abruman, la conciencia de tí mismo es tan intensa que la divinidad omnipotente se concentra en carne y pelo y huesos, palabras, cefalea e intestinos, se repliega, se marchita y envejece. Aprendes que lo sagrado es la potencia y que la muerte es un mineral extraño.

Cuando te vuelves mineral deseas no haber sido, finges brevedad, te pliegas a las estrecheces del tiempo y del espacio, de la carne y la necesidad. Caminas entre ellos como uno más, cargando el estómago y las piernas y las muelas y el insomnio y el hambre y las varices y todo lo demás. Y la muerte es un cristal oscuro, el reverso deseable de la plena posibilidad.


No hay comentarios:

Licencia Creative Commons
Surf en Dirac por el +ip se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported.