martes, 19 de noviembre de 2024

Desde el fuego

imitación 
repetición 
encarnación del fuego 

porque nada si no fuego 
nada afuera del fuego

nada sin el fuego 


jueves, 3 de octubre de 2024

¿Dónde está el miedo?
En el espejo que no
devuelve nada 

Eran transparentes y fugaces, apenas visibles y solo en los espejos. Sombras caídas tras la puerta.

Escribían desde el miedo, frente al miedo, para rellenar los intersticios, habitar los intersticios. Sin embargo el temblor, como resistir, como transmitir, como habitar el temblor. Escribir en el lugar donde no ser y ser sin embargo. Donde los hechos ya no, de los hechos que ya no, de la historia ajena al tiempo, la causa perpetua, la perpetua consecuencia.
Sentado en el corazón del laberinto, encerrado a campo abierto, nanas, caballos, aullidos, danza extática del caballo inmóvil, el Rey Rata en los establos, la cárcel de los hechos, la perfecta coherencia de los hechos, la pesada coherencia de los hechos, la perfecta coherencia de las cadenas causa efecto, de la única verdad amada, de la ficción arbitraria de los hechos.


jueves, 5 de septiembre de 2024

llegar desde lo nunca

el no abrazo la no estela el no

morir

el nunca sido

el nunca poder ser

el siempre imposible

el nunca asombro

el perpetuo temblor


miércoles, 3 de julio de 2024

La Parca y su bigote de gato, el final dobla la esquina que no ves porque mensajes y pantallas y citas con el veterinario, porque vuelas alto y vuelas bajo y vuelas demasiado y sin embargo ángel bigote de gato, muerte, firmamentos, luces en el corazón de la angustia y deseos que terminan, que regresan, que te dejan al principio cada vez.

Y avanzar hacia la esquina y un fugaz abrigo rojo y ecos de Kalashnikov.


lunes, 10 de junio de 2024

Sabemos lo mismo que ayer, que el año pasado, que hace veinte años. Milenios de obediencia, decepciones y mentiras. Multitudes boqueando como peces en la orilla. Multitudes asustadas porque la suerte es de prestado, porque todo lo que tienes puede serte arrebatado de la noche a la mañana. Y sin embargo mucha gente haciendo cosas. Cosas minúsculas y hermosas que construyen para ser barridas con una orden judicial, en un rugido de uniformes. Nuestro es el territorio de lo frágil. El de construir, sin esperanza, la esperanza. Vivimos una perpetua derrota cultural, los efectos de sumisiones milenarias, vivimos atrapados entre la mala conciencia y el martirio. Cómplices y víctimas.

Lo nuestro es vivir entre la obligación de no dejar a nadie atrás y la certeza de que el precio será alto. De que tu suerte, en este mundo de asesinos, fue robada. De que tus hermosas teorías, tu estrategia a largo plazo, tu relato, no valen para nada si no huelen, si no duelen, si no se manchan. De que la única forma de oponerse a las noticias falsas, son los hechos ciertos. De que te toca perder, da igual como te pongas. Nuestro único futuro es renunciar al futuro. El único enfoque global está en la piel de al lado. Esto va (como siempre ha sido) de carne contra números. De gritos contra números. De dolores contra números. De no dejarse la salud en juegos de carta marcados. De tejer belleza frágil. De la que hiere. De la que te puede costar la suerte. De la que puedan aprender tus hijos.

Vengo del siglo que acabó con una decepción y dos mentiras. Vivo en una fantasía democrática, en una casa embrujada donde nadie ve a los muertos. Un jardín vallado donde la música oculta los disparos, fértil y abonado, como una fosa común. Una rave donde los focos surgen de la torreta de las ametralladoras. Un club de lectura, una asociación de juegos de mesa, una tacita de café, un mercado de beneficencia. Una charca de pirañas de colores. Una galería de héroes disecados. La promesa de un asalto. No tengo esperanza ni futuro. No tengo cielo que asaltar. No tengo dios ni credo. No tengo apenas belleza para dar. No tengo más que ojos, y el compromiso de mirar. No traigo lecciones ni teorías. Ojalá el eco de todos los gritos que hemos sido. Ojalá solo uno más, repitiendo los susurros de las sombras del jardín.

jueves, 16 de mayo de 2024

Todo lo que ya existe. El no-todavía. El aquí-pero-no-ahora. Atusamos el pelo de los gatos y avanzamos hacia la alopecia inevitable. ¿Para qué actuar hacia lo inevitable? ¿Para qué ser actuados? Gimen los goznes de la carreta del trapero, hasta arriba de ideas, carbón, otoño y caracoles. Eternalismo marxista. Sonrisa en la cola del vagón. Un canto a la quietud. Al aquí pero no ahora. A que el tiempo te atraviese, feroz, como el destino.

jueves, 11 de abril de 2024

 aire

quieto el aire

encerrado en las costillas


borrón de pájaros el cielo


entre los labios

ardor y espinas


jueves, 21 de marzo de 2024

Toda esta vida
ahora
polvo blanco en las manos nariz
tráquea
pulmones
papel ajado madera en
descomposición
toda esa vida cenizas
y puntos cardinales
árboles como signos irrecuperables
manos temblorosas
vuelo de pájaros
llegados de la sombra llegados con la
sombra
llegados para la sombra

martes, 13 de febrero de 2024

y regresaré a la costumbre

una casa despierta y ajena
congelada en la espera
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