Bruma. Ceniza. Se condensa el aire. Os mostraré esqueletos de gigantes. Bóvedas, arcos, chimeneas, túmulos de escoria, carreteras vagabundas, nudos de asfalto, siluetas errantes y furtivas, maldición en las paredes, signos ilegibles, dibujos apresurados, llamadas al gran gurú de galaxia, ropa vieja, grúas desballestadas, aire condensado, ceniza de las horas. Doblar una esquina y volverla a doblar. Galerías que se ensanchan en paisajes protolunares, impacto de meteoritos y crisis energética, esqueletos de gigantes, siluetas escapadas de su estómago.

Sentado en el borde de las cosas. Flujo y reflujo de mareas, balances comerciales y tipos de interés. Cicatrices del paisaje, reconversiones industriales, crisis inmobiliarias, siluetas refugiadas en los bares, los descampados, los solares, las tapias de las fábricas en descomposición, los edificios en obras, los negocios que florecen entre negocios que se marchitan, las marcas de cada ascenso y retroceso de la línea de la costa, de las orillas de la bonanza, del abandono.